Altea es conocida como la perla del mediterráneo y no le falta razón. Una pequeña joya que conserva todo el encanto de los pueblos mediterráneos antiguos, con un rico patrimonio histórico y cultural que la hacen única. 

Piérdete entre sus calles empedradas admirando sus casas blancas decoradas con flores de mil colores. Pasea por sus pequeñas plazas y adéntrate en la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, famosa por su característica cúpula azul.

Descubre sus tiendas de artesanía, galerías de arte y cafeterías donde poder llevarte souvenirs únicos que no encontrarás en ninguna otra parte.

Descansa o haz deporte en sus playas, donde podrás practicar deportes acuáticos o disfrutar de la tranquilidad en sus calas escondidas. Haz senderismo, bici o simplemente pasea. Serra Gelada y Sierra de Bernia te ofrecen increíbles rutas para los aficionados al deporte.

Y por último, no te olvides de su gastronomía. Es imprescindible probar el «arròs a banda» y el «suquet de peix», platos locales con un sabor auténtico que te dejarán, nunca mejor dicho, con la boca abierta.